lunes, 3 de noviembre de 2008

Joe Google

Para mi al menos una de las grandes falencias del mundo virtual es que está lleno de ñoños (y me disculpo si a algún ñoño le desagrada que se lo trate de esta manera). Y más disculpas aun pero es que sólo a un ñoño se le puede ocurrir que una máquina es inteligente porque engaña a un humano y lo hace creer que es un humano. Para empezar, basta con engañar a cualquier humano? Conozco humanos bastante tontos, por lo que superar a un tonto no debiera ser un indicador de inteligencia. Por otra parte, qué clase de definición de inteligencia es esa? No creo que la palabra que busquen sea inteligente, más bien sería atinado o contingente, esa es la gracia de Google, no se desubica. Acá puede parecer que me piso la cola, porque seguramente Joe Google debe ser un ñoño, pero fue un ñoño distinto. Si bien el algoritmo y el programa y todo el software que hace que Google sea Google es trabajo de ñoños, la visión de los ñoños pre-Google era hacer el computador más poderoso y tirarlo a recorrer la internet y hacer un indice (ñoño). Hasta acá perfecto, pero y después? Google tuvo la capacidad de filtrar los resultados de una forma mejor a la que existía y su éxito se basa en las relaciones que la gente no ñoña hace, y que definen el mapa de la web.
Me gustó la reflexión del capítulo sobre la búsqueda, esta no termina cuando se encuentra la información sino que cuando se comprende. Eso es algo que los ñoños no van a lograr hacer, es tarea de todos. No será un computador el que nos va a enseñar a interpretar la información! La comprensión debe venir de la mano de un tutor, como se menciona en el libro, y este tutor de la nueva era no será Google, seremos nosotros mismos que tomaremos de la mano a quién podamos ayudar.

la prueba de la inteligencia de los chimpancés

2 comentarios:

:::v::: dijo...

EXCELENTE POST

realmente muy bueno...felicitaciones!

es todo lo que yo hubiese querido decir!

:::v:::

ale dionelis dijo...

si, es demasiado bueno, que ganas de poder escribir asi!! jaja
no, en serio...
felicitaciones!