sábado, 28 de marzo de 2009

radiohead y sus luces

yo tengo un trauma con los escenarios normalmente. siempre los encuentro desproporcionados respecto a la banda o a las pantallas, o con muchos espacios en negro. o que simplemente  no se prestan mucho pal show. claro que con radiohead asistí a una terapia musical en ese sentido. qué onda el escenario??  estoy trastocado. el juego de colores, como jugaban con los rayos, y la iluminación sobre el público, y las pantallas mostrando un collage del concierto con filtros muy ad hoc en una mezcla perfectamente elegida para cada canción era la receta perfecta para realmente "ver" la música, que es la esencia de un concierto. además, respetuosos del publico, no abusaron del volumen ni de los bajos pero sí de una excelente calidad músical y quizás de los tiempos entre algunas canciones aunque se les perdona y comprende por el continuo cambio de instrumentos.


jueves, 26 de marzo de 2009

mike putton y chris cornell

la cagó patton, me dejó impresionado. yo de verdad creo que fue una talla, onda le hizo una apuesta a alguien que podía armar una banda sin niun weón que fuera músico y echarse al público al bolsillo. fueron puros wakawakawaka y me mató cuando dice: "ahora va una romántica... wakawakawaka!!!" jajaja notable! lo que es ser mike patton, que se da el lujo de "cantar" cualquier weá, con un saxofonista que con cuea sacó dos notas en la noche, callar al publico y salir indemne del concierto más bizarro que he pagado por ver. alguien dijo que su nueva banda era de jazz???

en el otro extremo tenemos a chris cornell que fue otra weá, harto más ortodoxo y considerado con su publico. tiró su nuevo poperío, digo repertorio, entremedio de sus hits y ni se sintieron. estuvo notable, totalmente entregado durante las 2 horas y media que tocó y rockeó por completo. 




jueves, 19 de marzo de 2009

El nuevo espíritu de los tiempos

Also in www.verdeseo.cl

Para comenzar debo agradecer a Karin Ebensperger y su columna del viernes 9 de enero de este año. En ella Karin nos habla sobre como cada era tiene una lógica preponderante, algo así como una cultura temporal que la guía dentro de sus normas y actitudes y a través de la cual cada momento de la historia puede ser identificado.

Ahora visto desde esta óptica parece claro que cada época tiene su afán. En los tiempos del industrialismo y gracias a la ciencia, emergieron las grandes ciudades de asfalto, las líneas de montaje y las descomunales estructuras de fierro. Empezamos a viajar y a conocer el mundo. Estas aventuras desembocaron en el descubrimiento de nuevos destinos en la tierra y el nacimiento de la clase media, que tuvo a su alcance una amplia variedad de productos para disfrutar y se convirtió en la base de la sociedad de consumo. Wow tremendo resumen.

Con la aparición de los computadores comenzamos a empoderarnos de la información, y con la aparición de internet, toda estuvo al alcance de la tecla Enter. Los kilómetros ya no impiden el libre movimiento de las ideas, y no es raro encontrar entre los amigos de los amigos de facebook a gente que vive en el otro lado del mundo.

Repito: cada época tiene su afán, y por eso, la reciente crisis que enfrentamos, nos obliga a encontrar el nuestro. ¿O no Karin? Pero es ante esta recién revelada necesidad que surgen las dudas. ¿Cómo enfrentamos un crisis totalmente artificial? Una crisis que germina desde el miedo a la especulación ¿Cómo logramos sintonizarnos en el campo de emociones que nos lleve de nuevo a la confianza en la libertad?

Las nuevas tecnologías están mostrando una nueva cara de la masa, esa gran fotografía que gracias a los nuevos microscopios, nos damos cuenta que se forma por un millón de pequeños granos que brillan con su propio color y quiere ser tratado como tal, como un pixel de color escrito en un código único. Ya no vivimos en un mundo binario, ya no es izquierda y derecha o blanco y negro, tenemos toda una paleta digital de donde escoger!

Es en este escenario que surge el personaje que levantó la esperanza en la mayor economía del planeta. Un hombre que cruza los pasillos de la casa blanca con su blackberry, agradeciendo con un sms a los que lo llevaron hasta ahí. Una invención del marketing dicen algunos y quizás tengan razón, pero eso no le quita efectividad.

Estamos frente a una nueva sociedad civil más comunicada (o incomunicada) que nunca. La llamada sociedad de la información se transformará, espero, en la sociedad de la coordinación. Una sociedad activa, de nichos y horizontalmente organizada que necesita y lucha para encontrar el espíritu de esta era. ¿Podremos? Imposible saberlo. Pero me gusta pensar sí, yes WE can.